septiembre 11, 2025

El silencio incómodo de la rivalidad femenina

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Aunque hablamos de sororidad, muchas líderes aún sienten que no confían del todo en otras mujeres. Este artículo explora por qué esa desconfianza persiste, cómo debilita nuestro liderazgo y qué podemos hacer para construir redes de colaboración genuinas desde la confianza. Por Yam Herrera

Lo esencial

Queremos más mujeres en espacios de decisión. Queremos liderazgos con propósito, con escucha, con humanidad. Pero aún hoy, en muchos entornos, la desconfianza entre mujeres sigue siendo un tema tabú. Y eso tiene un costo profundo: sin confianza, no hay red; sin red, el liderazgo se aísla. Y un liderazgo aislado pierde su poder de influencia.

Lo que sucede, aunque no siempre lo digamos

¿Te ha pasado sentir que otra mujer te evalúa con más severidad que un colega hombre? ¿O que dudas en recomendar a una colega brillante solo porque “no está lista”? ¿Sientes que para brillar es mejor estar sola? Pues no estás sola en esto. Y no es tu culpa. Nos formaron para competir, no para aliarnos. Y ese patrón se cuela en nuestras relaciones profesionales.

Un estudio publicado en Harvard Business Review confirma que las mujeres reportan más episodios de incivility en el entorno laboral —comentarios pasivo-agresivos, exclusión sutil, evaluaciones injustas— y, muchas veces, quien los ejerce es otra mujer.

¿Qué pasa cuando no confiamos?

Cuando una líder no confía en otras mujeres, se aísla. Y cuando su equipo no confía en ella, pierde influencia real. La consecuencia más profunda no es solo la desconexión entre pares: es que la confianza es la base de un liderazgo eficaz.

Sin confianza, no hay alineación, no hay creatividad compartida, no hay poder colectivo. Un liderazgo que no confía ni genera confianza puede tener autoridad… pero no impacto.

La trampa de la perfección

Durante años nos dijeron: sé impecable. Sé fuerte. No muestres grietas. Así, “yo lo logré sola” se convirtió en un mantra… y en un muro. Muchas mujeres siguen creyendo que, si hay pocas sillas, es mejor no compartirlas. Y cuando eso pasa, lideramos con miedo y juicio.

Una buena noticia

Una investigación del Institute for Operations Research reveló que cuando una mujer alcanza un puesto de poder en un entorno masculino, las colaboraciones entre mujeres aumentan de forma significativa. Eso significa que una mujer visible, segura y generosa no solo lidera: habilita a otras.

Cómo reconstruir la confianza entre mujeres

Stephen M. R. Covey plantea que la confianza no es espontánea: se construye con credibilidad. Su modelo propone cuatro pilares que podemos aplicar al liderazgo entre mujeres:

  1. Integridad: sé coherente. Haz lo que dices.
  2. Intención: muestra que no compites, sino que colaboras.
  3. Capacidades: reconoce tus fortalezas y las de otras.
  4. Resultados: cumple. Celebra los logros propios y ajenos.

Cada vez que nombras, recomiendas o reconoces a otra mujer, estás haciendo un depósito de confianza. Y eso también es liderar.

Preguntas para reflexionar

  • ¿Qué pasa en ti cuando otra mujer brilla?
  • ¿A quién podrías recomendar hoy sin miedo?
  • ¿Te muestras como aliada, o como excepción?

Lo que quiero que recuerdes

  1. La desconfianza entre mujeres existe. Ignorarla no ayuda; hablarlo, sí.
  2. La confianza se cultiva con intención, acciones y coherencia.
  3. La sororidad estratégica amplifica el liderazgo: una mujer que confía, multiplica.

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