El milagro de los Arcángeles

En su primera temporada en la Liga de Futbol Americano Profesional, los Arcángeles no solo vencieron al bicampeón invicto, también devolvieron a Puebla la ilusión de tener un equipo ganador. Su presidente, Cuauhtémoc Romero, nos cuenta cómo lo lograron —y lo que viene. Redacción, Alma Balderas.
Cuando en enero de 2024 se anunció el nacimiento de Arcángeles de Puebla, nadie imaginó que en menos de un año estarían en las semifinales, venciendo al bicampeón invicto de la liga y convirtiéndose en el nuevo símbolo deportivo del estado. Con apenas unos meses para armar un equipo desde cero, sin jugadores con experiencia conjunta ni logística firme, el proyecto parecía más una apuesta arriesgada que una promesa real. Hoy, tras una temporada que rozó lo épico, la historia es distinta.
“Trabajamos al vapor, sin parar desde el anuncio”, recuerda Cuauhtémoc Romero, presidente del equipo. “No teníamos un staff con experiencia, ni un roster probado, pero teníamos algo más importante: hambre de competir y una afición que respondió desde el primer partido”. Y respondieron. No solo con porras en el estadio, también con conexión emocional. Porque Arcángeles no fue un proyecto más: fue el regreso de Puebla a la conversación nacional del deporte profesional con una narrativa que combinó audacia, identidad y resultados.

Vencer al gigante, sin pedir permiso
El momento simbólico de la temporada llegó cuando los Arcángeles derrotaron a los Caudillos, campeones invictos durante dos años y con una racha de 25 partidos ganados. “Fue un parteaguas”, dice Romero. “Nos llamaban locos y, de pronto, le ganamos al invencible. Varios dueños me hablaron para decirme: lo que acaban de hacer va a cambiar esta liga”. Y lo hizo. Junto con el impacto deportivo, equipo movió las estructuras mediáticas y digitales de la liga. Desde su discurso disruptivo en las redes sociales hasta la fuerte presencia local, los Arcángeles lograron algo que pocos equipos novatos consiguen: hacer ruido y dar resultados.
Más allá del campo
Aunque quedaron a un paso de la final, los aprendizajes han sido muchos: viajes mal planeados, imprevistos logísticos, detalles que pesaron en partidos clave. Pero también grandes aciertos: una identidad visual poderosa, un coach con historia universitaria que generó conexión con la afición, y una base de jugadores que supieron dar la cara.
“Tenemos claro lo que debe reforzarse: posiciones específicas, estructura, tiempos…”, adelanta Romero. Y no se refiere solo al equipo varonil. En febrero arranca la liga de flag femenil con las Arcángeles; habrá academias infantiles y visorías con jugadores de la UNEFA. “Vamos por una estructura integral. Queremos que Puebla tenga una cultura fuerte en el futbol americano profesional”.

El respaldo estatal y la proyección internacional
Uno de los pilares del proyecto ha sido el respaldo del gobernador Alejandro Armenta. “Hicimos mancuerna con el gobierno. Esto es un proyecto de Estado. Sin esa conexión, no podría avanzar”, asegura Romero. Y ese avance ya se refleja en los rankings: los Arcángeles se incluyeron entre los veinte mejores equipos del mundo fuera de la NFL.
“Puebla necesitaba un equipo que le devolviera la esperanza, que hiciera sentir a su gente ganadora. Y eso hicimos”, afirma con convicción.
El negocio detrás del touchdown
Con un modelo híbrido de inversión público-privada, los Arcángeles constituyen también un caso de estudio en la construcción de una marca deportiva. “Nuestro objetivo no es solo jugar, es generar industria”, dice Romero. Con patrocinios locales, eventos paralelos, visibilidad digital, y ahora un torneo nacional femenil en puerta, el equipo da pasos para convertirse en una franquicia rentable. En un país donde el futbol soccer acapara los reflectores, el futbol americano profesional encuentra en Puebla una nueva capital.