septiembre 11, 2025

Michelle Fridman Hirsch: Una visión de turismo con sentido auténtico.

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SECRETARIA DE TURISMO-02

Partidaria de un turismo más humano, sostenible y conectado con el alma de México, Michelle Fridman Hirsch, quien pese a su juventud ha encabezado dos secretarías de Turismo, primero la de Yucatán y ahora la de Jalisco, busca que esta actividad no solo mejore la economía, sino la vida de las personas en cada destino turístico del país.

Originaria de la Ciudad de México, Michelle no es la típica funcionaria pública. Desde los 6 años tocaba la guitarra y sentía gran atracción por la música. Su sensibilidad artística la llevó a formar parte de la escena musical, el marketing y, finalmente, el turismo. Con formación en Composición y Literatura por la Universidad Iberoamericana, inició su carrera en la industria discográfica, trabajando en relaciones públicas para disqueras independientes y para la reconocida Putumayo World Music.

Fue justamente en la creatividad y la capacidad de contar historias donde Michelle encontró la llave para abrirse paso en el turismo. En 2008 fundó Eme Media Com, una agencia enfocada en la promoción turística que le permitió conocer a fondo los destinos de México y otros países. “No hay mejor escuela que los viajes”, afirma. “Cuando tenga hijos, voy a llevarlos a viajar más de lo que voy a exigir que estudien, porque creo que no hay mejor escuela que salir, conocer otras culturas, entender qué se hace en otros lugares, aprender a respetar, ser tolerante, flexible y resiliente: todo eso lo dan los viajes.”

Michelle ha construido una carrera de casi dos décadas con una convicción clara: el turismo es una herramienta poderosa para generar desarrollo económico, cultural y social.

“Ser líder es predicar con el ejemplo. No se puede liderar si no se practican cada día los principios que se promueven. Liderar es doblarse las mangas y trabajar por un destino, por un equipo, y creer que es posible construir un mejor proyecto.”

Camino creativo hacia el turismo
De niña, los estudios no eran su fuerte. Recuerda que su madre, quien es pedagoga, siempre le pedía: “Tú termina la escuela y estudia lo que te guste. Y entonces, la vida te llevará a donde tenga que llevarte”. Tal como pronosticó su mamá, la vida llevó a Michelle a posiciones de liderazgo. “Una cosa me llevó a la otra. Empecé en el mundo discográfico. Ahí aprendí mucho sobre mercadotecnia y promoción. Luego abrí una empresa que tenía la intención de enfocarse en la promoción en el mundo discográfico, musical y de festivales”. Así encontró un gran nicho en el turismo y, sin darse cuenta, empezó su carrera en este sector hace más de 18 años.

Amor por México
Ha trabajado en la promoción de varios destinos nacionales e internacionales. “Sin duda, donde más me he formado es promoviendo los destinos mexicanos”, señala, y proclama su gran amor por el país. “Es mi nación, y creo que no hay mejor destino turístico en el mundo que este. Trabajar para México y sus destinos turísticos me satisface mucho, me llena y me inspira.” Michelle considera que un logro importante, profesional y personal, es trabajar en lo que le apasiona. “Cuando disfrutas tu trabajo, es difícil encontrar la línea que separa lo profesional de lo personal”, reconoce. “He trabajado por muchos años, casi veinte, en el turismo. Mi carrera empezó en la música, la industria discográfica, y terminé en la industria turística. Y siempre ha habido un hilo conductor entre ambas: la creatividad y el amor por lo que hago.”

Turismo que transforma comunidades
Desde el sector privado, la actual titular de Turismo de Jalisco comenzó a mostrar sus habilidades para identificar aspectos que atraían a los visitantes. Esto le abrió las puertas para una invitación inesperada: ser parte del gabinete de gobierno yucateco. Su paso por la Secretaría de Fomento Turístico de Yucatán (2018-2024) marcó un antes y un después para ese estado. Bajo su liderazgo, el número de visitantes creció en 34%, y la derrama económica aumentó en 82%. Pero para Michelle, los verdaderos logros no se miden solo en cifras: “Lo más importante fue descentralizar la oferta turística y voltear a ver a las comunidades mayas y sus tesoros culturales”.
En la estrategia de Fridman, el centro del estado no fue lo primordial, y aunque logró importantes nombramientos para Mérida, también se enfocó en zonas poco conocidas. En 2019, durante su gestión, la capital de Yucatán obtuvo la distinción a la mejor ciudad pequeña del mundo para visitar de la principal plataforma de viajes, Condé Nast Traveler, superando a ciudades como Montecarlo, Florencia y Quebec.
Pero Fridman recuerda con orgullo cómo ayudó a que turistas del mundo llegaran a pueblos antes desconocidos, playas con flamencos volando en libertad y zonas arqueológicas poco exploradas. “Chichen Itzá, considerada una de las siete maravillas modernas del mundo, es una zona hermosa, pero había otras dieciocho zonas por promover”, comenta. Destaca que el turismo es una industria benévola, que no debe concentrarse en unos cuantos puntos. En el caso de Yucatán, afirma, las acciones aplicadas generaron beneficios para más personas, reconociendo las ventajas de cada uno de los 106 municipios de ese estado.

Jalisco: el nuevo desafío
Hoy, Michelle lidera la Secretaría de Turismo de Jalisco, una de las entidades más ricas en cultura, historia y biodiversidad de México. Y aunque reconoce que es un estado con lugares como Guadalajara y Puerto Vallarta, consolidados como potencia turística, su reto es claro: “¿Cómo mejoramos algo que ya funciona? Ese es mi gran desafío aquí”.
En la capital jalisciense hay segmentos turísticos diferentes para una gran variedad de mercados: negocios, médico y turismo gastronómico, entre otros. Por la variedad de sus símbolos distintivos, Guadalajara no solo es capital de Jalisco, sino de muchos estados, porque es “el corazón de México”, afirma la funcionaria. “Tenemos a Puerto Vallarta, que es sin duda uno de los destinos de playa más fascinantes de México y del mundo. Es el destino más mexicano, con más esencia y algo único, que pocos destinos de playa tienen. Tenemos doce pueblos mágicos. Y uno de ellos se llama Tequila, la segunda palabra más reconocida de México a escala mundial”, añade.
Lo que sigue es diversificar la oferta, fortalecer la sostenibilidad, cuidar los recursos naturales y mejorar la experiencia para locales y visitantes. “Si un lugar turístico no es disfrutable también para los habitantes, no es un éxito verdadero”, dice con firmeza.

Tres claves para una experiencia inolvidable
Para Fridman, crear experiencias turísticas que dejen huella en el visitante requiere tres elementos fundamentales: creatividad, autenticidad y sostenibilidad. Hace 40 o 50 años la gente solía admirar las ballenas en tanques artificiales, como parte de las atracciones de los parques de diversiones en varias partes del mundo. Sin embargo, hoy el turista prefiere salir a buscarlas al mar. “Vivimos un momento especial, cuando el turista quiere vivir lo auténtico”, puntualiza.

La tecnología como aliada
En una industria tan dinámica, Michelle reconoce que la tecnología puede marcar la diferencia si se usa con propósito. “La aprovechamos en Yucatán para llevar turistas internacionales a aldeas mayas que nunca habrían tenido visibilidad sin plataformas como Airbnb”, recuerda. Ese es solo un ejemplo del impacto de la tecnología bien usada: permite conectar, visibilizar lo auténtico y descentralizar el turismo. “Hay que poner la tecnología al servicio de las personas, no al revés”, sostiene. “Yo vengo de la promoción musical, y vi cómo la ola de la tecnología se comió a la industria discográfica. Lo mismo pasó con la medicina, los medios de comunicación y la industria turística.” Por eso urge usarla para ayudar, insiste.

Promoción con visión social
La creatividad es indispensable para generar experiencias, rutas y productos, pero “debe invertirse en promoción, porque eso no es un gasto”. Opina que, años atrás, México invertía más en promoción, pero hoy enfrenta retos para contar con recursos suficientes y competitivos ante países que siguen invirtiendo fuerte
Hay que generar una oferta turística atractiva, pero sin dejar de lado la sustentabilidad y la comunidad. Deben usarse ingredientes locales y considerar las necesidades de los habitantes. “Si los locales no lo disfrutan, si no pueden salir de su casa y tomarse una foto en paz en las escaleras del mirador de Puerto Vallarta porque está abarrotado de turistas, si no tienen acceso a las playas, entonces no hablamos de beneficio turístico”, concluye.

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